En cuestión de nutrición no hay secretos: los abusos siempre se pagan, pero la moderación y el equilibrio permiten compaginar en la dieta alimentos saludables con otros que no lo son tanto. Ésta es la clave que rige también la inclusión en la mesa de los productos precocinados, según explica Luis Escobar, jefe de sección de Endocrinología y Nutrición del Hospital Puerta del Mar.

¿Es malo comer de bote y recurrir a los productos precocinados ante la falta de tiempo para ponerse frente al fogón?

Hay que valorar unilateralmente cada caso, pero, por regla general, no es malo si se toma también un porcentaje importante de verduras, carnes y pescados que completen la dieta y que haga que sea equilibrada. Si se toma un producto envasado, pero se acompaña de una ensalada no está mal. Debería buscarse no hacer esta alimentación diariamente, pero puntualmente está bien.

¿Qué opina de la calidad de este tipo de alimentación?

Exclusivamente, este tipo de comida es bastante desequilibrada desde el punto de vista calórico y nutricional. Normalmente tienen un porcentaje elevado de grasas y conservantes para darles gustos especiales que no son adecuados. Tampoco sé si el consumidor tiene la información adecuada del producto y si la gente sabe realmente lo que está comiendo.

¿Percibe en su consulta un incremento de este tipo de hábitos alimenticios entre los gaditanos?

Son hábitos más extendidos en las grandes ciudades. En cambio, aquí la mayoría de los que comen fuera lo hace en un restaurante. El tapeo sí se nota mucho entre los jóvenes y es realmente perjudicial si se convierte en una costumbre. Hay muchas diferencias en la forma de cocinar en los restaurantes y hay que intentar comer frutas, verduras y legumbres, y quitarnos de los fritos y la bollería industrial.