Comenzaremos esta noticia con otra pregunta: ¿Eran nuestros abuelos menos propensos a padecer obesidad que nuestra generación? Responder a esta pregunta es la misión que se han propuesto gracias a un estudio médico en el que se han seguido a miles de personas durante casi 40 años y que determina que la edad puede ser un desencadenante a la hora de poder padecer obesidad.

Esto forma parte del estudio Framingham, en el que, sin entrar en detalles genéticos ya que aún están por aclarar, lo que sí está más que demostrado es que hay muchos factores externos como la dieta, el ejercicio o incluso otros menos típicos como la contaminación o nuestra rutina diaria que hacen que la sociedad actual tenga una tendencia mucho más fuerte a padecer obesidad. Pronto saldrán nuevos resultados pero está claro que nuestros hábitos desde la Segunda Guerra Mundial (fecha del comienzo de los estudios) no han sido los más beneficiosos para nuestra salud.

FUENTE:EL PAÍS