Poco a poco, tomando conciencia de lo que siento, de lo que me digo, de cómo me trato día a día. Así podré ir sintiendo una pizca en mi corazón y pizca a pizca, se irá llenando de amor.
Hoy te invito a tomar conciencia del amor propio que sientes en los momentos más simples.
Te invito a cerrar los ojos y dar un paseo a lo largo de tu día y ver cuáles de las cosas que haces diariamente te conectan con el amor hacia ti, y cuáles te alejan un poco de ti misma.
Piensa en el momento en que te despertaste.
Concéntrate en el primer pensamiento que tuviste al abrir los ojos.
¿Lo recuerdas?
Recuerda el primer momento en que te miraste hoy en el espejo.
¿Qué pensamientos tienes para ti?
A lo largo del día, en el desayuno, comida, cena ¿tomaste y comiste algo que te apetecía o algo que te disgustaba?
¿Dirías que disfrutas el resto de actividades que llevas a cabo en tu día?
¿Qué haces que sea solo para ti a lo largo del día?
Mientras hacías este ejercicio de reflexión, ¿Cuántas veces pensaste que tus respuestas eran equivocadas? ¿Quizá juzgaste que debías hacer cambios en tus rutinas? ¿Qué tan dura eres contigo misma?
En este momento y con este ejercicio tan sencillo, observa qué tan dura eres contigo misma. Y te invito a AGRADECÉRTELO.
¡Sí!,
Agradecer la parte ¨mala¨ es parte del proceso de amarnos de verdad. Nuestro grupo se trata de cambiar la percepción de nosotras mismas. Se trata de querernos y amarnos hasta en nuestra parte más dura y más crítica con nosotras mismas. Porque esa dureza y firmeza contigo misma es realmente una forma de cuidarte, es lo que ha hecho que hayas llegado hasta el lugar del mundo en el que hoy estás.
Aceptarla, agradecerle su labor es lo que ayuda a que puedas dejar de ser tan dura y puedas ser un poco más amorosa contigo misma. Amar un poco más a tu sombra y brillar con una luz más pura y de mayor intensidad.
¿Cómo lo ves?